8.27.2008

en la Calle [Proyecto. Extracto]

Se cruzo con ella en la calle,
Pasó a su lado, se cubrió el rostro, no la saludo.
A decir verdad ella no la reconoció,
Por lo cual no cambio su fría expresión en el rostro.
Cuando se cruzó con ella en la calle, pensó en que le diría,
Que haría si ella la reconocía, que era lo que iba a pasar,
Cuando nada paso, ella sintió desilusión, volvió su cuerpo con brusquedad hacia ella, alborotando al resto de la marea humana que todos los días caminaba sin novedad por la misma calle, la tomo del hombro, y le grito “¿Por qué ese rostro tan frío, tan triste, que acaso solo yo he cambiado en todo este tiempo?”, nada se quebró en el aire, la gente volvió a tomar su curso, ahora esquivando a las dos inertes mujeres, aun tenia una expresión de pregunta mientras aferro la mano a su hombro con aun mas fuerza, esperando una respuesta, ella la miro con calma y la misma tristeza que tanto incomodo a la que ahora tomaba fuertemente su brazo, “Tu no has cambiado nada, en cambio yo, yo estoy mas vieja, mas rendida, mas triste y tu…tú aun no puedes olvidar lo que tanto te incomoda del pasado”, nada calzaba, ¿Qué eran esas preguntas?, ¿estaba acaso equivocada? ¿Qué era toda esa felicidad que había sentido todos estos años convencida de que la había olvidado?, “deja de martirizarte, ya paso mucho tiempo”, ella seguía hablando con la misma frialdad que no podía comprender, había aflojado su brazo y ahora todo había vuelto 10 años atrás, ella era de nuevo la “pequeña” mujer que no controlaba nada, la caperucita encerrada en el mundo de los lobos, frente a la que había sido su mayor problema, a la que le había atribuido mil males para sentirse culpable, frente a la que le había costado 3 o mas años “olvidar”, sintió como una lagrima caía por su mejilla, ella la miro, limpio su mejilla lentamente “es el precio de no seguir tus sentimientos, Libélula.”, la miro, no comprendía como esto que debía haber dañado de por vida a la mujer que tan lentamente y llena de calma le hablaba estuviera destruyéndola a ella, que había hecho lo correcto, ¿Qué era todo esto?, llegaría a su casa miraría a su hija, besaría a su marido, lo escucharía hablar del viaje que tanto tiempo planearon, todo se arreglaría, si, todo terminaría ahí, el encuentro con su pasado habría sido solo una casualidad, un mal chiste en una tarde de trabajo duro, si, eso era, nada podía pasar, tenia una vida perfecta, todo lo que su padre quería para ella, todo lo que su madre había querido para su vida, amaba a su esposo aun mas a su hija y a los que vendrían también los amaría, todo iba bien, no podía dejar que un flashbacks arruinara lo que tanto le costo construir. “debo irme, mi esposo y mi hija esperan en casa”, dijo con una voz muy distinta a la anterior, al parecer todos estos pensamientos acerca de esta mal recuerdo la habían tranquilizado. Ella la miro, se acerco lentamente sin dejar nada al azar, en todos estos años sus moviéndoos habían cambiado mucho, ahora parecía hablar con cada parte del cuerpo y por sus ojos se salían todas las palabras del diccionario majestuosamente conjugadas, toco su cara, sintió como cada uno de sus dedos parecía contarle una historia diferente, se acerco lentamente, respiro cerca de su boca y la beso con toda la sutileza posible, como su lo que estuviese manipulando fuera una preciosa y carísima joya o un peligroso químico, la miro con la misma calma que la había besado y le sonrío, no le dijo nada, ni una sola palabra y comenzó a caminar camuflándose lentamente con la multitud, apagando su brillo en la cotidianeidad, regalando el mas precioso tesoro a los esquematizados pasos de la capital esquematizada de santiago de chile, se miro las manos, toco su boca y un silencio sublime la toco en forma de aire frío, se había dado cuenta de la verdad, estaba sola, siempre había estado sola, estaba pagando, pagando el precio mas alto en la vida y ahora la necesitaba, que quería todos los días en sus sabanas, con sus palabras despectivas y una rutina nueva cada día, la quería con su locura y su tristeza, por que lo que ahora le tocaba seguir viviendo no era mas que la falsa felicidad había construido por miedo, no podía quedarse parada ahí, viendo como toda su vida se convertía en polvo detrás del rostro triste de la mujer que inconcientemente marco su vida, se iba, entre un mar de gente gris, ¿no podría volver a ser feliz en su eterna monotonía nunca?, ¿no iba volver a sentir esa estabilidad que la mantenía tan tranquila y normal como todos los demás?, esa vida era el sueño que su madre le tenía preparado desde que era una niña, no podía dejar que toda esa vida perfecta se derrumbara por un inesperado encuentro, seguiría caminando, si, camino, en un sentido totalmente opuesto, se volvía de vez en vez para ver si ella volvía, pero eso no ocurrió, ella ya ni siquiera se podía reconocer entre la gente, había desaparecido por completo, siguió caminando esta vez sin mirar atrás, tomo una micro en la avenida, una vez en la puerta del departamento, respiro profundamente, como si el suspiro le devolviera todo la estabilidad que había perdido en ese inesperado e inoportuno encuentro, abrió la puerta, su hija la impacto con un caluroso abrazo, pero aun parecía ajena a su propio cuerpo, no manejaba muy bien sus reflejos y traía pintada una absurda sonrisa que aseguraba que todo estaba bien, su marido, prepara la cena con el delantal de cocina que su pequeña hija les había regalado para la navidad, la beso con un gran cucharón en la mano, la impacto con un beso furtivo, sonrío, como si esa fuera la señal de que nada había cambiado y al parecer funcionaba, por que nadie había notado nada, camino en dirección al baño, se lavo la cara una y otra vez, como si el agua fuera a limpiar esa extraña sensación que le había dejado el furtivo beso en medio de la calle, en su mente aun estaba la imagen de ella besándola, hablándole, tocándola, era como si cada una de las partículas de su cuerpo pidieran que el tiempo se retrocediera hasta ese preciso momento y que todo fuera distinto, que se escaparan para siempre a otro lugar hasta que una de las dos dejara de luchar y se quitara la vida en una noche de fiesta o drogas, que quizás ella no apareciera, o que simplemente pudiera renegar el impulso de hablarle, estaba ahí sentada en las frías baldosas del baño, algunas lagrimas caían en su cara, el pecho le apretaba, no podía respirar bien, era un hecho, su estabilidad se había quebrada, ya nada volvería a ser como antes, su balanza estaba rota, el futuro ya no sería como ella había planeado, ahora tardaría 5 años mas en olvidarla, como antes, para hacer como si nada hubiese sucedido.

(...)

*

[CON ERRORES, ORTOGRAFIA Y REDACCION, CORRECCION PROXIMA.]

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