9.23.2008

Paper para el Maldito Calvo de Historia de Las Artes Visuales =)

Si, así mismo, mucha mucha cosa, poca pocaza cosa.

No es una sorpresa, me gustaría mirar en el cielo y poder gritar que mis verdades son mas interesantes, pero mi objeto mas preciado e intimo es el tapón que me penetra en este mismo momento y todos los que ya me penetraron y los que lo harán, Tampones, la siempre realidad de mi sensibilidad.
Abro el paquetito donde vienen unos 24 tampones que me van a durar un montón de tiempo. Mi mamá dijo que estoy joven, que es normal que mi periodo no sea regular, mi hermana dice que estoy enferma, mi psiquiatra habla del desorden hormonal que causa mi depresión, a mi, a mi no me importa, yo solo espero con ansias el minuto en que mi vagina sangra y al fin puedo ponerme uno de esos tampones que guardo con tanto aprecio en mi closet al lado de la bolsa de los calcetines. Cada vez que me menstruo, uno de esos pequeños cilindros de algodón penetra mi centro, y se queda ahí por 4 horas, hasta que voy al baño y me lo saco para dar paso al siguiente. Nada me hace mas feliz que el minuto en que el tampón entra rápidamente y me toca, sentir como en un segundo ya es casi imperceptible y ya no se siente y ver como mis calzones están libres de toallas asquerosas, sin duda es el objeto mas importante en mi vida.
El hecho de que sea el objeto mas importante de mi vida implica que algunas veces he guardado algunos de estos, el tampón que use el día de mi graduación, el tampón que estaba usando la primera vez que me beso una mujer y sin duda uno de los mas importantes, el tampón del día en que me entere de que no tenia SIDA y el que use para cuando murió mi gato Hauser. Cada uno de estos importantes tampones fue enterrado en el jardín de mi casa, al lado del cadáver de Hauser y así seguiré enterrando los tampones de mi vida en el patio de mi casa, lo mas curioso es que en la superficie que cubre el descanso de Hauser plantamos unos lindos lirios que por estas fechas florecen de maravilla, luego del entierro de estos tampones, los colores de mis lirios parecen mucho mas vivos y la begonia del jardín que estaba muriendo volvió a florecer.
Cada vez que paseo por el frondoso jardín con Lirios recuerdo la importancia de menstruar, ahora fuera de lo ridículo que pueda sonar mi extraño gusto por los Tapones, se debe comprender también la sensibilidad que estos tienen, de cómo algo tan desechable con un tampón es tan parecido al desechable pene masculino, que luego de habitarte te abandona tras su única satisfacción, como un tampón es también el triste recuerdo de que no procreas, que tu vida útil de mujer se va a la basura, que tu sangre y dolor que acogerá “vida” algún día es tan desechable como mi paquetito de 24 tampones, la sensibilidad del tampón va mucho mas allá de lo que podría ir cualquier otro objeto, el tampón delata el desechable estado de mujer vacía, mujer fértil vacía, mujer desechada y en mi caso me recuerda como mi lesbiano vientre jamás tendrá en su interior una Vida, como mi lesbiano vientre jamás estará lleno de algo, un tampón es mi recuerdo eterno de que aunque fuera una princesita prostituta heterosexual mi vientre jamás albergaría un hijo, por mi sangramiento tarde mal y nunca, por que mi útero es inútil, un tampón, es el sueño ingenuo de ser una mujer normal, que menstrua cada mes, que tiene la terrible posibilidad de que un día de cerveza y ron un hombre sediento de vagina la utilice y deje en ella un tierno hijo que luego querrá abortar por un egoísmo o por una bondad muy grande, eso aun no lo tengo claro.

*Ojala no me heche el Ramo por mis fantasias =), como es de Charlatán...lo encontrará intenso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ñaaaaaaaaaaaaaaaaaa


todos intentan darle alguna respuesta a mi no-menstruación. Yo descubrí que era psicológico (por asunto de autoestima me voy a enceguecer en ese pensamiento) cuando me percaté de que cada vez que mi mamá decía "te voy a llevar al ginecologo!" yo menstruaba.

Yo no menstruo, no boto nada. Y es como una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Además, no me interesa tener una vida conmigo. Por egpismo y bondad. Siempre las dos al mismo tiempo.